jueves, 3 de mayo de 2012

¿Cuál es tu pretexto?

¿Te has puesto a pensar cómo sería tu vida si actuaras como si el fracaso fuera imposible? Si tú supieras de antemano que no fracasarás en lo que sea que fueras a emprender ¿Qué te atreverías a Ser, Hacer y/o Tener?


Los logros que has conseguido hasta el día de hoy en las 7 áreas de tu vida (Espiritual, Mental, Vocacional, Financiera, Familiar, Corporal y Social), son una reproducción fiel y exacta de lo que te has creído capaz de realizar. Aquello de lo que en tu interior no resuena como posible, viable o merecedor para ti, difícilmente lo llevarás a cabo.

Así como el deportista está inspirado en una visión o en un sueño, que lo motiva a seguir adelante aun en los momentos de debilidad y de mayor reto para él, sabe que tarde o temprano su arduo entrenamiento se verá coronando al obtener su meta trazada. Y, si por alguna razón no logra su objetivo en los primeros intentos, es lo suficientemente sabio como para identificar en esas experiencias de ‘fracaso’, como las lecciones de vida que le posibilitarán actuar de una forma más inteligente en la siguiente oportunidad que se le presente.

Aquí cabe preguntarte: ¿Cuál es tu modelo mental? o quizá antes ¿Qué es un modelo mental?
Tu modelo mental es el pensamiento habitual que tienes de ti mismo en áreas específicas de tu vida. Es lo que crees de ti mismo, de lo que eres capaz y de lo que crees que eres incapaz. Sin embargo predominan usualmente en él creencias de limitación o imposibilidad que has arraigado profundamente en tu modelo mental, el cual ha sido alimentado constantemente desde que eres consciente, por tus padres, maestros, amigos, etc... y, más tarde, por ti mismo. Desafortunadamente pocos cuidan la calidad de la información que nutre su modelo mental.
¿Cuál ha sido el resultado de esos pensamientos habituales? Tú … tú y tus experiencias, eres aquel que piensa que NO puede, que NO es lo suficientemente bueno, que NO es lo suficientemente capaz, que NO nació para ser saludable, feliz o exitoso, porque así han sido tus experiencias: Carentes, pobres, enojosas, enfermizas… así te lo ha demostrado la vida misma.
Pero toda tu realidad 'adversa' ha sido así, porque tu modelo mental crea o imprime sus pensamientos habituales en las experiencias diarias. Cuando experimentas esos hechos indeseables y adversos, lo único que sucede es que refuerza tu modelo mental actual haciéndote ver que no estás loco porque los resultados que obtienes en la vida coinciden con tus creencias, y así compruebas que todo lo que piensas de la vida y de ti es, efectivamente, cierto.

Así pues insisto, ¿Cuál es tu modelo mental?, porque de ahí provienen tus pretextos para explicarte a ti mismo y a los demás las causas de tus nimios resultados. Les dices a todos tus conocidos que de haber nacido en otro país serías rico; que otra sería tu suerte si fueras soltero, o casado, si no tuvieras hijos o si los tuvieras, que si el gobierno fuera distinto, etc… ¡Pero es un círculo vicioso como el que expliqué en el párrafo anterior!

¿Cuál es tu pretexto?


Quiero ser claro: En la misma proporción en la que pienses tus ideas habituales, en esa misma proporción se manifestarán en tu vida. Mientras más pienso en crisis económicas, inseguridad, inflación, enfermedad, y toda la sarta de pensamientos que debilitan mi poder creador, más los voy a experimentar en mi vida.

En el momento en que te decides a sustituir tus pensamientos habituales, por los pensamientos correctos que posibilitarán tu desarrollo individual y poder acceder a una experiencia de vida totalmente distinta, es el momento en que habrás iniciado el camino para cambiar tu modelo mental y entonces, tus pretextos se convertirán en razones por las cuales sí puedes ser, hacer o tener todo lo bueno y deseable para ti.

¿Cómo sustituyo mis pensamientos habituales actuales por los pensamientos habituales correctos?
Una de las técnicas que empleo y enseño a mis alumnos es el de “Líneas de Pensamiento”, que consiste en escribir y repetir una oración (sujeto – verbo – predicado) con el contenido de un pensamiento correcto, deseo o meta que quieras realizar. A esta actividad le dedicarás una hora diaria, distribuida en 2 ó 3 momentos, según te sea más conveniente: 2 momentos de media hora cada uno o 3 momentos de veinte minutos cada uno.
Un ejemplo es: “Sé y reconozco que Yo soy mi propia causa y que nada ni nadie es causa para Mi”.
La oración a escribir será: SyrqYsmpcyqnnnecpm. Lo anterior en realidad representa la primera letra de cada palabra de nuestra línea de pensamiento.

Con el tiempo, tu mentalidad reconoce el nuevo pensamiento, pero ésta vez no es un pensamiento cualquiera, has cuidado la calidad de la información acerca de ti mismo y de tu entorno, por lo que bien arraigada esta idea en tu mentalidad, te traerá nuevas experiencias y, con toda seguridad, nuevos individuos que ayudarán a que se cumpla tu misión de vida.

Identifica que sólo el Bien es real.

Con Amor & Entendimiento.

Carlos Rendón
Especialista en Desarrollo Individual y Empresarial.
www.carlosrendon.com